Nos hemos pasado durante las Navidades y hemos disfrutado de cada comida. Pero es hora de volver a la realidad del día a día y existe una serie de trucos a nuestra disposición para deshacernos de esos kilos de más que nos traemos a modo de regalo de Reyes
Como hemos disfrutado las navidades. Ya desde mediados de diciembre esas cenas de empresa, de amigos, las copas, la cena de Noche Buena, la comida de Navidad, Fin de Año, las copas y más copas, dulces, turrones brindis… No nos hemos perdido nada.. Pero al llegar la hora de volver a la rutina, al ajetreo diario, al trabajo, etc. y estos excesos nos pasan factura. Y llega el temido momento de enfrentarnos a la báscula, que nos dice algo que ya sabíamos pero no nos queríamos creer: Al final los Reyes Magos nos han traído un par de kilos de más.
Una vez llegados a este punto ya no sirve de nada arrepentirse de las calorías ingeridas durante las Navidades. Porque ya está hecho. Y porque hemos disfrutado cada una de ellas, cada trozo de turrón al final de la cena, cada sorbo de aquel gin tonic en esa discoteca. Ahora llega el momento de ponerse las pilas y volver a alimentarnos de forma sana y a cuidar nuestro cuerpo. Pero si no queremos pasar del “todo vale” a los hábitos alimenticios de cada día sin un proceso que compense los excesos que nos hemos permitido, siempre podemos optar por trucos para aligerar las ingestas de comida y librarnos de las toxinas de nuestro cuerpo.
Aligerar las comidas es probablemente la opción más sencilla. Solo se trata de cambiar la cena por alimentos más bajos en calorías. Así, podemos reducir la cena a un yogur desnatado acompañado de una pieza de fruta, evitando las que más azúcar y calorías aportan como el mango, el plátano o las uvas. La fruta de verano, como el melón o la sandía, es una buena opción puesto que es baja en azúcar y muy sabrosa. Si preferimos optar por la proteína para nuestra cena ligera, podemos tomar tres o cuatro lonchas de jamón de York o pavo junto a algo de queso fresco y acompañado de un tomate, unos espárragos blancos, una taza de gazpacho sin pan o una pieza de fruta. Si tras la cena aún sentimos hambre, podemos aplacarla con un yogur desnatado.
En cuanto a las comidas, la forma de aligerarlas pasa por tomar platos que tengan las verduras como protagonistas y algo de proteína como segundo plato, ya sea en forma de carne o de pescado. En invierno siempre podemos optar por un buena sopa sin fideos, una forma fácil de comer sano.
Las famosas dietas depurativas son la estrella en la temporada de regreso de las navidades.
Las dietas depurativas son beneficiosas para eliminar toxinas de nuestro cuerpo. Pero si nos decantamos por una de ellas, debemos hacerlo de un modo responsable y no mantenerla más de tres días
Se trata de dietas estrictas que nos ayudan a librarnos de esos dos o tres kilos de más que solemos ganar durante el periodo vacacional. Antes de meternos de lleno en una de estas dietas depurativas tenemos que tener en cuenta que no se trata de un hábito para realizar a menudo. Nunca debemos mantenerlas más de tres días porque podemos poner en peligro nuestra salud. Durante un período de tiempo así de corto, estas dietas pueden ser muy beneficiosas ya que su base son los alimentos líquidos preparados con frutas y verduras que nos sirven para eliminar toxinas. Es muy importante también ser constante en cuanto a hacer cinco comidas diarias, puesto que vamos a ingerir muy pocos alimentos, en su mayoría líquidos, y no podemos saltarnos ninguna.
Un ejemplo de dieta depurativa incluiría un desayuno a base de fruta como la piña junto a un café o infusión, con leche desnatada. Para la comida, un caldo de verduras o una ensalada de lechuga, tomate y cebolla junto a algo de carne o pescado para aportar proteína. La cena consiste en unas seis rodajas de piña con una infusión depurativa. Además, a media mañana y a media tarde tomaremos otra infusión y un yogur desnatado.
Debemos recordar que durante estos días no estamos consumiendo alimentos variados, por lo que nuestra energía no estará en su mejor momento. Durante los dos o tres días que dure la dieta depurativa es mejor realizar ejercicios suaves que no requieran demasiada energía por nuestra parte.
Si preferimos no optar por estas dietas depurativas, existen muchos otros trucos que nos pueden ayudar a librarnos de esos kilos extra que nos trajimos de las vacaciones. Podemos comenzar las mañanas bebiendo agua con un chorrito de limón nada más levantarnos para ayudar al tránsito intestinal. Incluir una infusión después de cada comida también nos puede servir para acelerar el metabolismo. Añadir alimentos ricos en fibra es muy beneficioso porque además de regular el tránsito son comidas con una alta capacidad de saciar, por lo que sentiremos el estómago lleno sin ingerir cantidades excesivas. Por supuesto para librarnos de los estragos causados por excesos como el alcohol y los dulces, debemos renunciar a ellos en nuestra rutina alimenticia o volveremos a caer en los mismos errores.
También hay personas que llevan a cabo un ayuno inteligente. Y hacemos hincapié en la palabra inteligente, porque el ayuno se lleva realizando desde hace siglos en muchas culturas en relación con prácticas como el yoga, como un medio de desintoxicación del cuerpo y de reactivación de órganos como hígado o los riñones. Después de épocas de grandes excesos puede venir bien un ayuno controlado, por ejemplo evitando la cena una vez a la semana o pasando un día a base de líquidos. Antes de decidirnos por realizar algún tipo de ayuno inteligente debemos preparar nuestro cuerpo durante los días previos comiendo muy ligero y tomando muchos líquidos para no pasar directamente de una gran ingesta a ninguna. Aunque este ayuno controlado puede ser beneficioso, no es recomendable para personas que no tengan un buen estado de salud ni para quienes sufran diabetes o trastornos alimenticios ni tampoco para mujeres embarazadas.
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