El verano causa estragos en la piel. La sobreexposición al sol puede causar efectos negativos en la dermis que a la larga pueden ser mucho peores para la salud. Si queremos recuperar la piel al cien por cien tras las vacaciones, existe una serie de tratamientos por los que podemos optar para tener una piel perfecta con el cambio de estación
Si pensamos en la palabra verano se nos llena la mente de imágenes de playas paradisíacas, tardes en la piscina, barbacoas con amigos, mañanas de relax tomando el sol, ejercicio al aire libre, refrigerios en la terraza de algún bar… el verano está para disfrutarlo bajo el sol, pero sus rayos pueden provocar efectos nocivos en nuestra piel. Por eso, nunca está de más que, después de que nuestra dermis haya aguantado horas y horas de rayos uva incidiendo directamente sobre ella para que podamos disfrutar al máximo de los meses de calor, al terminar la época estival le demos una puesta a punto y le devolvamos el favor mimándola con algún tratamiento que le ayude a recuperarse.
La exposición al sol es tan placentera como eficaz para conseguir el bronceado perfecto. Sin embargo, cada vez es más conocido el efecto nocivo que los rayos solares pueden ejercer en la piel. Al llegar el otoño comienzan a notarse los estragos del verano en nuestra piel, desde manchas hasta arrugas y flacidez, pasando por lesiones como los léntigos solares y seniles, queratosis seborreicas, poiquilodermia de Civatte o melasma, todas son las consecuencias de esta exposición al astro rey. Es lo que llamamos «Crisis otoñal». Algunas no empiezan a manifestarse hasta una vez pasado el período estival, cuando comenzamos a perder el tono moreno adquirido durante los meses de verano. Por este motivo, el comienzo del otoño es el momento perfecto para reparar la piel. Para ello existe una serie de tratamientos que devuelven a la dermis a su estado más óptimo.
Como si de la vuelta al colegio se tratase, el final del verano es el momento perfecto para una puesta a punto que repare los estragos causados por el sol y preparar la piel para el efecto totalmente contrario, el del invierno y el frío que trae consigo. El primer paso si queremos someternos a un tratamiento de este tipo es conocer qué efectos han provocado los rayos del sol en nuestra piel para saber así qué es lo que hace falta reparar. Para ello, la mejor opción es siempre solicitar el consejo profesional de un médico.
Si lo que queremos es eliminar las antiestéticas arrugas que el sol ha provocado en nuestra piel durante el verano, deberemos optar por un tratamiento que estimule la formación de fibras de colágeno nuevas y de elastina, que rejuvenezcan la piel y le devuelvan su vitalidad.
La sobreexposición a los rayos solares puede generar un envejecimiento prematuro de la piel y causar arrugas, manchas y lesiones.
La exposición prolongada al sol termina dañando estas fibras de colágeno, consiguendo que éste disminuya y no se distribuya de forma correcta y repartida con equidad en toda la dermis, dando lugar así a las molestas arruga.
Las fibras elásticas pueden ser estimuladas mediante el uso de un tratamiento con láser no abrasivo fraccional, por mesoterapia o se puede hacer por infiltración de factores de crecimiento autólogos. Todos estos tratamientos son eficaces, sobre todo, para deshacernos de las arrugas más finas o de aquellas que aún están a medio formar.
Otro de los efectos más visibles de una sobreexposición solar es la aparición de flacidez en la piel del rostro. Esto es mucho más notable en pieles de mayor edad, más susceptibles de verse afectadas por el sol debido al efecto similar producido también por el paso del tiempo. La radiación solar provoca en estos casos daños en la estructura de los tejidos, lo que confiere a la piel un aspecto frágil y envejecido. Para tratar una flacidez facial leve suelen ser efectivos los tratamientos de radiofrecuencia , que en pocas sesiones logran reafirmar y estirar la piel, a la vez que arreglan las arrugas ya presentes en el paciente antes de la exposición al sol y las líneas de expresión. Si la flacidez facial está más acentuada puede extenderse hacia cuello y mentón. Para estos casos más visibles, se utilizan sistemas de mini-lifting, muy poco invasivos, con los que se consigue tensar la piel del cuello y hacer que el óvalo facial resulte más definido.
Si nuestro caso es el de haber estado muy expuestos al sol pero sin haber recibido mayor impacto que el habitual pero queremos revitalizar nuestra piel como fórmula para una puesta a punto tras el período estival, podemos recurrir a tratamientos como el Skin Revital, que elimina los signos de fotoenvejecimiento y aporta luminosidad al rostro. Otra ventaja de este sistema es que sirve para prevenir posibles lesiones por exceso de sol que puedan darse en un futuro. El Skin Revital aplica un láser de luz atérmica LED que sirve para activar una sustancia fotosensibilizante aplicada en la piel del paciente para conseguir la producción de radicales libres que eliminan las células pigmentadas de una forma totalmente segura para las células sanas.
Por supuesto, antes de tomar una decisión y decantarse por un tratamiento u otro, es siempre aconsejable consultar con un profesional médico, que realice un estudio del estado de nuestra piel y pueda así recomendar el tratamiento más adecuado a nuestra situación para que los resultados del mismo no solo sean los que deseamos sino que sean los mejores tanto en lo referente al aspecto físico de nuestra piel como a la salud de la misma, que es siempre lo más importante.
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