La Sociedad Española de Medicina Estética advierte que ocho de cada diez pacientes acuden a la consulta con un envejecimiento prematuro de rostro, cuello, escote y manos. Los afectados son, sobre todo, los mayores de cuarenta años.
¿Sabemos de verdad como cuidar nuestra piel? Si la respuesta es afirmativa, ¿estamos seguros de que lo hacemos bien? Más importante aún, ¿lo hemos hecho bien en el pasado? La clave de envejecer «con clase» está en haber cuidado tu cuerpo, por dentro y por fuera, durante toda tu vida y, sobre todo, cuando eras joven. El último estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) demuestra que no tenemos ni idea de cómo proteger nuestra piel del sol y eso se demuestra en las personas mayores de cuarenta años.
Ocho de cada diez pacientes que acuden a una consulta de medicina estética muestran la misma sintomatología: rostro, cuello y escote más envejecidos que el resto de su cuerpo. ¿A qué se puede deber esto?, te estarás preguntando. La respuesta es muy sencilla: existe una falta generalizada de concienciación sobre prevención y protección solar.
Según la SEME, la mayoría de las personas de más de cuarenta años que llegan a consultas estéticas o dermatológicas sufren estragos —en ocasiones bastante graves y casi irreversibles— derivados por la falta de protección de rostro, cuello, escote y manos contra el sol. Normalmente estas son las zonas más descuidadas durante las exposiciones prolongadas: solemos cuidar de no quemarnos la espalda y el resto del cuerpo cuando vamos a la playa y a la piscina pero se nos olvida aplicar protección solar sobre aquellas zonas de piel que quedan al descubierto cuando paseamos o nos sentamos en una terraza en pleno verano. Es muy importante, recalcan los expertos, protegerse en todo momento que se vaya a estar expuesto al sol, incluso cuando realizamos deportes al aire libre o cualquier otra actividad en la que nuestra cara, escote, cuello y manos queden expuestas.
Las personas de más de cuarenta años han descuidado la protección solar del rostro, cuellos, escote y manos, algo que produce el envejecimiento prematuro de esas partes del cuerpo.
La SEME reconoce que no siempre es fácil proteger estas zonas delicadas del cuerpo de los efectos adversos del sol. Además, la piel del cuello y el escote es mucho más sensible que la del rostro y, en cambio, no existe aún un tratamiento fotoprotector específico. Por ello, el nuevo reto de las clínicas de medicina estética de nuestro país está en conseguir desarrollar una crema solar específica para estas áreas que, además de proteger, nutra y repare. Este nuevo filtro solar está aún es su fase de diseño pero tanto las clínicas como las farmacéuticas españolas se muestran optimistas.
Hasta que no llegue a las tiendas el revolucionario fotoprotector nos tenemos que conformar con preparar y entrenar nuestra piel para las inclemencias del tiempo.
La SEME aconseja que comencemos a preparar nuestro cuerpo en invierno y que no esperemos al último momento. Es esencial cuidar la piel del cuello y del escote con cremas nutritivas. Además, no podemos olvidarnos de los «peelings» revitalizantes. Si a esto le añadimos una alimentación adecuada, nuestra piel será imparable.
La fruta y la verdura tienen que ser nuestra aliadas durante todo el año para preparar a nuestro cuerpo para el sol. La abundancia de vitaminas de los grupos B, C y
E son la clave; al igual que el consumo de alimentos antioxidantes. Las legumbres y el pescado —para aquellos que no lleven una alimentación sin proteína animal— son esenciales para conseguir el bronceado natural que todos ansiamos.
Si empezamos a tomar el sol de forma progresiva será más complicado que nuestra piel se deteriore ya que, poco a poco, se irá acostumbrando a la nueva situación climática. Así que la clave está en empezar exponiéndose al sol durante unos minutos al día para ir aumentando con las semanas. Además, debemos protegernos con gorros, pamelas, pareos y sombrillas siempre que notemos que la piel se reseca y, sin duda, no podemos olvidar la hidratación —tanto por dentro como por fuera. El agua y los zumos naturales repletos de vitaminas tienen que ser nuestros nuevos mejores amigos si queremos mantener nuestra piel sana.
La SEME reconoce que, frente al fenómeno observado en las personas mayores de cuarenta años, los jóvenes españoles están, en general, mucho más concienciados en lo que respecta a la protección solar. Los expertos reconocen que las nuevas generaciones están más preparadas para enfrentarse al sol, aunque sigue siendo importante informar de la necesidad de cuidar el escote y el cuello y no solo los brazos y la espalda.
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