El huevo es uno de los alimentos básicos de una dieta equilibrada. Es sabroso, versátil en la cocina y contiene un alto nivel de proteína, lo que lo convierte en un alimento ideal para deportistas.
Por todos es sabido que una dieta rica en proteína es clave a la hora de perder grasa corporal y ganar masa muscular. La proteína ayuda a generar músculo si se combina correctamente con ejercicio de fuerza, con lo que podemos conseguir una figura esculpida y un cuerpo tonificado. Podemos encontrarla en alimentos como la carne o el pescado, y una de las fuentes de proteína más recurrentes, por su versatilidad y bajo precio son los huevos. Además de ser una importante fuente de proteína, el huevo además contiene aminoácidos, antioxidantes y hierro, y su yema cuenta con un nutriente que tiene la capacidad de combatir la grasa denominada colina.
Hace algunos años surgió la idea generalizada de que el consumo de huevo era perjudicial porque provocaba la aparición del colesterol conocido como “malo”, por lo que muchas personas entendieron que comer este alimento resultaba, a la larga, contraproducente. Si bien es cierto que su consumo en exceso puede ayudar a la aparición de ese colesterol malo, el huevo produce, por otro lado, una serie de efectos beneficiosos para el cuerpo humano.
Por un lado, el consumo de este alimento contribuye a una reducción del riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. El motivo es precisamente el temido colesterol LDL o “malo”, puesto que algunas de sus partículas pertenecen a subtipos determinados por su tamaño. Según algunos estudios, las personas con partículas LDL más grandes tienen menos posibilidades de padecer problemas cardiovasculares.
Hablando del colesterol, es cierto que los huevos contienen un alto nivel en este sentido aunque suena peor de lo que en realidad es. En lo que respecta al colesterol, es preciso centrarse más en la calidad que en la cantidad puesto que existe un tipo de colesterol malo y otro bueno, siendo este último aquel cuyas partículas aumentan los huevos.
Un huevo o dos como parte de una dieta diaria equilibrada es sinónimo de un mejor sistema inmune por su alto contenido en selenio, casi una cuarta parte de la dosis diaria recomendada. En los casos de niños y adolescentes jóvenes, el consumo diario de huevos previene enfermedades del corazón, huesos y articulaciones como el Keshan o el Kashin-Beck.
El huevo es una importante fuente de proteínas y contiene aminoácidos, antioxidantes y hierro.
En más de una ocasión hemos comprobado que expertos en belleza recomiendan el uso de huevos en la preparación de mascarillas y productos para el cuidado de la piel y el cabello. Pero su efecto en nuestro aspecto físico no se queda únicamente en el ámbito externo. Al añadirlo a nuestra dieta habitual comprobamos que su contenido en vitamina del complejo B ayuda a mantener una piel sana y produce beneficios también en la vista, el hígado y el sistema nervioso. Por otra parte, los huevos son una de las pocas fuentes donde encontrar vitamina D de manera natural. Una vitamina muy importante para mantener unos dientes y huesos fuertes y sanos.
Si lo que buscamos es perder peso, encontramos en el huevo un gran aliado. De alta capacidad saciante, produce la sensación de estar lleno, lo que ayuda a eliminar la necesidad de continuar comiendo. Es su alto contenido en proteína el que produce este efecto, además de ayudar a la generación de una musculatura fuerte, siempre que se acompañe con ejercicio. Ambas propiedades son muy convenientes al hacer dieta puesto que estaremos ingiriendo una menor cantidad de alimentos, sintiéndonos saciados y contando con que el nuevo músculo sustituirá a la grasa que vayamos perdiendo.
Pero no todo en la vida se reduce al aspecto físico, sino que hemos de guiarnos por la máxima de mantener una “mens sana in corpore sano”. Es decir, tan importante como cuidar nuestro cuerpo es hacer lo propio con la mente. El huevo contiene un nutriente esencial llamado colina que sirve para sintetizar el neurotransmisor acetilcolina. La falta de colina está vinculada a trastornos neurológicos y fallos en la función cognitiva.
Por otro lado, un estudio publicado en el año 2004 indicaba que la presencia de los huevos en una dieta equilibrada se traduce en una significativa reducción de los niveles de estrés y de ansiedad presentes en los sujetos estudiados, posiblemente mediante la modulación de serotonina en el sistema nervioso.
Por si todos estos beneficios que el huevo aporta a nuestra salud y a nuestro organismo no son suficientes para añadirlo como componente habitual de nuestra dieta, siempre podemos guiarnos por el lado del sabor. Y es que se trata de uno de los alimentos más versátiles y con más posibilidades que encontramos en la cocina. En tortilla, cocidos, fritos, en revuelto, solos o con más ingredientes, los huevos ofrecen una amplia variedad de posibilidades para comer sano sin recurrir a la clásica excusa de la monotonía.
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