La depilación láser está a la orden del día. Son tratamientos eficaces que eliminan el vello a largo plazo y permiten que pase más tiempo entre cada sesión. El láser de diodo es actualmente uno de los sistemas de depilación más demandados
Si por algo destaca el campo de la depilación es por la amplia variedad de métodos para llevarla a cabo. Existe un sinfín de fórmulas y técnicas desarrolladas para eliminar el vello corporal, desde aquellas que lo arrancan de raíz hasta las que lo rasuran, pasando por métodos caseros, profesionales y otros menos convencionales. Uno de los más utilizados y popularizados en los últimos años es la depilación mediante láser, dentro de la cual se puede hacer distinciones dependiendo de tipo de láser utilizado en el proceso.
Dentro de este tipo de depilación, uno de los más demandados es el láser de diodo. Para su ejecución se utiliza una máquina de alta precisión que consta de pequeños diodos y semiconductores mediante los que se forma el halo de luz que se emplea en la depilación. La característica principal de este método y que la diferencia de otros láseres es que la longitud de onda en este caso –de 800nm- es más larga que en otras opciones, por lo que penetra más en la piel. Esta capacidad de profundizar en la dermis es lo que hace que se recomiende el láser de diodo como método depilatorio para personas con pieles oscuras y vello grueso y profundo. También es muy efectivo para quienes, a pesar de tener piel clara, ésta contrasta con vello de grosor medio o alto. Su eficacia es más notable cuanto más amplia sea la parte del cuerpo en la que se aplica. Así, es el método idóneo para hombres que desean eliminar el vello que crece en zonas como el pecho o la espalda.
Sin embargo, a pesar de que el público objetivo para este tipo de láser es el formado por personas de piel oscura y vello también oscuro –sobre todo castaño- y grueso, los resultados dependen de muchos más factores por lo que no serán iguales en todos los usuarios. Existen tantos tipos de piel y vello como personas, por lo tanto el resultado final dependerá en cada caso particular. En pieles muy sensibles, por ejemplo, podría llegar a provocar pequeñas quemaduras, rojeces o irritación si no se aplica de forma correcta por personal cualificado.
La duración de cada tratamiento y sesión de depilación con láser de diodo depende de las características de la persona y del tamaño de la zona a depilar.
Normalmente, se requiere el uso de unas gafas protectoras para los ojos, que deben llevar tanto el paciente como los profesionales que lo atienden.
El láser de diodo es más efectivo en personas de pieles oscuras y de vello grueso
Es posible que durante la sesión se note un cierto hormigueo u escozor tras la aplicación del láser, por lo que se recomienda que quienes sean más sensibles a estas molestias se apliquen como medida preventiva una crema anestésica alrededor de una hora antes del tratamiento para evitarse un mal rato y minimizar el riesgo.
El tiempo dedicado a cada sesión varía entre los quince minutos y las dos horas, dependiendo siempre de la amplitud del área a depilar. En cuanto a la duración total del tratamiento, lo habitual es prolongarlo durante tres meses o incluso dos años. Esto es relativo, ya que va condicionado por el tipo de piel y de vello de cada paciente y puede prolongarse tanto como éste necesite. Su precio depende también de varios factores, como el número de sesiones y la cantidad de piel que se desee depilar en cada una de ellas. Así, cuantas más sesiones y mayor extensión de piel se trate, más elevado será su precio.
El láser de diodo es, junto al conocido como Alejandrita y el IPL, uno de los métodos de depilación más demandados. Las diferencias entre los tres tipos de depilación láser y fotodepilación marcarán las pautas para elegir aquel tratamiento que se adapte mejor a cada tipo de piel y vello para que sus resultados sean los más efectivos. Para pieles bronceadas y oscuras y para la eliminación de pelos de calibre grueso y tonos marrones y negros, el láser de diodo es la mejor opción. La fotodepilación o IPL es más recomendada para todo tipo de pieles, incluso las pieles claras y el pelo de tonalidades rubias o rojizas. La principal característica de este método, que lo diferencia de los medios de depilación láser es que utiliza una luz pulsada de alta intensidad para eliminar el vello.
En el extremo contrario tenemos el láser Alejandrita, recomendado para personas con pieles con un fototipo inferior a IV, es decir, quienes tienen una dermis de tonalidad clara. Este tipo de depilación láser funciona muy bien en cabellos finos y claros y su principal ventaja reside en que el tiempo de tratamiento es inferior que en los otros casos. La otra cara de la moneda es la principal desventaja del Alejandrita, que suele resultar más doloroso y en ocasiones puede causar cambios en la pigmentación de la piel, propiciando la aparición de manchas.
Lo más importante a la hora de comenzar a utilizar láser, tanto si es de diodo como si se trata otro tipo, es contar con la ayuda de profesionales y hallar el centro que más se adecúe a lo que necesitamos. No hay que apresurarse a la hora de elegir la clínica y lanzarse simplemente a la que ofrezca un precio más bajo sino que debemos tener en cuenta los factores de calidad y seguridad del servicio ofertado. Es preferible buscar información y opiniones y asegurarse de que quien va a atendernos es alguien cualificado que hará su trabajo de forma correcta para que no haya ningún problema con el tratamiento y podamos obtener el mejor resultado posible. También es una buena idea dejarse aconsejar por profesionales. Si un médico examina el tipo de piel y de vello que tenemos, sus características particulares, el historial del usuario y, en definitiva, todas las variantes que pueden afectar al proceso de depilación, será mucho más fácil dar con el método adecuado. Por ello siempre es más fiable acudir a clínicas y centros de estética que cuenten con profesionales médicos especializados.
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