Muchas personas sufren la aparición de poros en su piel, que desearían eliminar. Aunque su eliminación completa es prácticamente imposible, hay muchos remedios que podemos realizar para conseguir que nuestra piel vuelva a un estado óptimo.
Los poros abiertos son esos antiestéticos puntos que aparecen en nuestra piel, proporcionándole un aspecto irregular. El tamaño de los mismos viene determinado por razones de genética, por lo que resultan diferentes según la persona y su tipo de piel. Pero no es este el único factor que afecta al tamaño de los poros, sino que éste se ve influenciado también por el tipo de cuidado que le ofrecemos a nuestra dermis. Así, cuando los poros se llenan de secreciones de grasa, tienen tendencia a abrirse debido a que las secreciones naturales de piel se acumulan en ellos y no pueden salir al ser obstruidos por las acumulaciones de impurezas como células muertas. El paso del tiempo también tiene cierto efecto en los poros, que con el paso de los años se van abriendo por efecto de acumulación y por pérdida de elasticidad en la piel.
Existen muchos remedios para la lucha contra estos poros abiertos, que si no se cuidan pueden llegar a convertirse en puntos negros o incluso derivar en acné o formar espinillas. No existe una fórmula que los elimine por completo pero sí que se conocen una serie de prácticas que ayudan a reducir su tamaño visiblemente y a limpiarlos de grasa, bacterias e impurezas de todo tipo.
Una buena limpieza de cutis es el primer paso para liberar nuestro rostro de impurezas. También se puede añadir una exfoliación un par de veces a la semana, algo muy útil para limpiar la piel y eliminar células muertas, evitando que la suciedad obstruya los poros y termine apareciendo el acné o las espinillas. Los profesionales recomiendan otros tipos de limpieza más en profundidad, que incluyan mascarillas, hidratación y masajes faciales.
El vapor es otra buena opción. Un baño de vapor de manera semanal ayuda a eliminar los residuos, las impurezas y la grasa. La ventaja de este tratamiento es que es muy sencillo de practicar en casa puesto que no precisa de ningún utensilio complicado ni de la supervisión de un profesional. Basta con hervir agua en un cazo y, una vez que ésta entra en ebullición, apagar el fuego y acercar el rostro con cuidado de no quemarnos, tapándonos la cabeza con una toalla para que el vapor haga su efecto en el rostro. Una vez terminado este proceso, es conveniente enjuagar la cara con agua tibia y secarla con cuidado.
Las mascarillas también pueden aumentar su efecto sobre los poros si las aplicamos una vez terminado el baño de vapor. El motivo es que tras aplicar el vapor, los poros estarán bien abiertos, por lo que cualquier tratamiento posterior dará un mejor resultado al estar la piel más limpia y predispuesta a ello.
Existen rutinas de limpieza que podemos realizar desde casa para reducir los poros abiertos
Las mascarillas de arcilla son las más recomendadas para combatir los poros puesto que se han utilizado tradicionalmente para eliminar el acné y el exceso de grasa. Como resultado, estas mascarillas consiguen reducir el tamaño de los poros.
La hidratación es muy importante en estos casos, pues ayuda a mantener una piel sana, joven y cuidada. Es conveniente lavar el rostro con agua tibia al levantarnos por la mañana y aplicar algún tipo de limpiador facial, ya sea comercial o casero. El aloe vera es muy beneficioso también para hidratar la dermis. Su uso ayuda a tonificar el rostro, controlar las infecciones de la piel y protegerla de los agentes externos que pueden afectar a su salud y empeorar el estado de los poros.
La exfoliación es también una opción muy recomendada por su capacidad de eliminar las células muertas que se acumulan en la piel y que contribuyen a una saturación y obstrucción de los poros, aumentando su tamaño. Aunque lo ideal es utilizar un cepillo o material especialmente pensado para esta tarea, también existen formas de practicar este método en casa, utilizando una tela para limpieza, por ejemplo. Este procedimiento es conveniente realizarlo una vez a la semana teniendo cuidado de no dañar las zonas sensibles del rostro, como la piel situada en la zona que rodea a los ojos.
Fuera del ámbito casero, si preferimos ponernos en manos de profesionales, también tenemos algunas opciones a elegir. La primera de ellas, y una de las que provocan un efecto más visible respecto a los poros de la cara, es la microdermoabrasión. Se trata de un proceso indoloro durante el cual, el dermatólogo aplica sobre la piel un aparato de cristales finos que realiza un efecto parecido al de una lija. Existen aparatos que se pueden comprar en tiendas para realizar este proceso desde casa pero resultan bastante menos eficaces que los profesionales.
Los exfoliantes químicos son también muy eficaces en manos de un dermatólogo profesional. Se trata del uso de ácidos como el hipohidroxiácido o el salicílico, entre otros, procedentes en su mayoría de frutas como la papaya o la piña, que tienen capacidades para disolver los excesos de grasa y eliminar las bacterias. Igual que ocurre con la dermoabrasión, también hay productos de este tipo disponibles en tienda para la venta al público pero siempre es más recomendable acudir a un dermatólogo que tenga en cuenta las necesidades y características propias de nuestra piel para garantizar que el resultado sea el más óptimo posible.
Para casos más extremos o complicados podemos optar por medicamentos de prescripción, como los retinoides, cuya función consiste en penetrar en los poros ya obstruidos para disolver la grasa acumulada en ellos y la suciedad que se ha ido introduciendo en su interior. Así, estos fuertes medicamentos hacen que se desprenda la piel afectada, exponiendo en su lugar una piel nueva, fresca y libre de toxicidad.
Para aquellas personas que tengan poros abiertos en su rostro y quieran eliminarlos de forma natural, los remedios caseros son suficientes, siempre que el número y tamaño de los mismos no sea excesivamente alto. Se trata de realizar limpiezas periódicas de forma que la piel esté siempre fresca y libre de acumulación de suciedad y grasa que empeore el estado de los poros. Si éstos se encuentran ya en un estado avanzado y han crecido en exceso siempre se recomienda acudir a un profesional que nos guíe y aconseje sobre la mejor manera de actuar para que nuestra piel se vea de nuevo tersa y sana.
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