La piel es un recurso que hay que cuidar si se quieren conservar sus propiedades durante el mayor tiempo posible, y para ello es necesario vigilar algunos aspectos comunes en nuestra vida cotidiana como la exposición al sol, la alimentación, el tabaco o la falta de sueño. Ésta última es una de las principales causas del envejecimiento prematuro, concluido por los laboratorios Estée Lauder en un estudio que evidencia científicamente la falta de sueño como principal síntoma del envejecimiento.
¿Por qué ocurre esto? Un sueño insuficiente está directamente relacionado con una peor salud de la piel y acelera el envejecimiento de la misma. En un contexto más científico, la noche es el momento culmen de las células para renovarse de forman natural, por consiguiente la falta de sueño provoca la no renovación de las mismas y, como consecuencia, suscita una recuperación más lenta de las diferentes agresiones externa como la radiación ultravioleta, entre otros.
Después de una noche sin dormir el aspecto del rostro cambia notablemente por la aparición de las ojeras, ojos hinchados y otros signos evidentes del cansancio que si se repiten como una práctica rutinaria, pueden llegar a agravar el estado de la piel provocando un envejecimiento prematuro de esta. Por lo tanto dormir es vital para gozar de una buena salud, no sólo a nivel cutáneo, sino también afecta al sistema inmunológico, la presión arterial y el control de peso.
Sin embargo los síntomas de insomnio son mucho más comunes de lo que podemos llegar a pensar, según el INE (Instituto Nacional de Estadística) solo el 17% de las personas duerme toda la noche ¿A qué se debe dicho porcentaje? Combatir el estrés es fundamental para un buen descanso nocturno y el trabajo o los problemas financieros que abundan hoy en día tampoco favorecen la cifra actual.
El “modus operandi” se basa en la liberación de dicha glándula cada 24 horas a la circulación de la sangre, llegando a todas las células y tejidos de la piel para regular las diferentes funciones del organismo. Para ser precisos, la hora exacta para liberar melatonina comienza al anochecer y su pico más alto se alcanza sobre las tres de la madrugada en personas con un horario nocturno de ocho horas. En base a lo dicho anteriormente la producción de melatonina desciende como causa del envejecimiento y otros factores externos como el consumo de medicamentos, estrés o por cambios drásticos en la rutina del individuo.
Otra secuela que altera el ritmo del sueño está directamente relacionada con la producción de cortisol, hormona del estrés, que contribuye a una disminución de colágeno, principal componente de la piel, y sus funciones principales responden a incrementar el nivel de azúcar en la sangre y a ayudar al metabolismo de grasas, proteínas y carbohidratos. Los efectos generados por la falta de sueño aumentan los niveles de dicha hormona y provoca la destrucción de los tejidos, que a largo plazo conlleva a un estado de estrés constante, irritabilidad y cambios relacionados con el deterioro del metabolismo.
Cuando hay falta de sueño los ritmos biológicos se desequilibran por “culpa” de la melatonina, la hormona que regula el ritmo del sueño, de esta forma se transforman todos los procesos reconstructivos relacionados con la somnolencia.
La hormona del crecimiento también desempeña un papel relevante en el proceso de regeneración de la piel y, a su vez, está directamente relacionada con la falta de sueño. Entre todos sus beneficios destaca la capacidad de retardar los efectos del envejecimiento en la piel, promoviendo la elasticidad de los tejidos e incrementando los niveles de colágeno en el organismo.
Según los datos de la SEN (Sociedad Española de Neurología) cuando el estado de insomnio se alarga más allá de los seis meses, se vuelve crónico y hoy en día afecta entre el 10% y el 15% de la población española, lo que se traduce a unos cuatro millones de españoles. Si a la falta de descanso le sumamos sus terribles consecuencias relacionadas con los efectos del insomnio en la piel, la suma de ambas puede llegar a ser terrible: una tez más frágil y arrugada por deshidratación, un tono apagado en la piel y una pérdida de densidad por la presente falta de colágeno.
Una vez tratadas todas las causas y consecuencias que la falta de sueño provoca en la piel, llega el momento de poner remedio a este problema con soluciones sencillas y prácticas para mejorar el estado de la piel, y en general, de nuestra salud. El 50% del envejecimiento cutáneo se debe a factores externos y nuestra rutina diaria, por lo tanto si se modifica en algunos puntos, está en nuestras manos la posibilidad de frenar la pronta aparición de los signos de la edad ¿Cómo se consigue? Una acción circunstancial se basa en cuidar la alimentación mediante productos que impacten positivamente en la salud y calidad de la piel con el objeto de retardar los signos más evidentes de la edad. El deporte es otro de los grandes remedios para combatir el insomnio y se deduce como el antídoto perfecto para rendir cuentas al estrés, favoreciendo la conciliación del sueño.
Es muy habitual acostarse con sueño pero sin un cansancio físico evidente, el ejercicio físico ayuda en éste cometido liberando endorfinas, un químico de nuestro cuerpo para luchar contra el estrés y minimizar las malas sensaciones que se acumulan en el cerebro. Sin embargo la práctica de ejercicio puede convertirse en un arma de doble filo y todo depende del momento en que se realice: los expertos desaconsejan hacer deporte antes de acostarse, ya que se adopta un nivel de activación considerable y el cansancio todavía no se hace notable.
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